lunes, 27 de agosto de 2012

Los clichés fundados

Supongo que cuando hablo de profesiones comunes pongo siempre el ejemplo del panadero porque todos compramos el pan cada día. Yo sé, o creo saber, cómo se comporta un panadero en su vida privada. Me lo imagino haciendo la comida y hablando del suceso de moda, riñendo con su pareja o llevando a los hijos al campo. Pero... ¿y un feriante? Por más que hago el 'voyeur' ejercicio de imaginarme cómo vive un feriante obvio no me vienen a la cabeza más que misteriosas personas de mirada triste. ¡Los hay corrientes! No lo dudo. Pero me viene el desdén a la hora de activar una atracción, la apatía con que hacen feliz a un niño que, afortunadamente, mira el globo y no la expresión de quien se lo da. Cuando alguno de ellos se dirige a cualquier cliente se puede ver, sin embargo, la tranquilidad de quien no debe rendir cuentas de nada. A veces, su gesto no refleja la alegría de sus palabras y se puede observar cómo la verdad no necesita de embellecedores. La apariencia de lo que dicen, como la dentadura, les suele traer sin cuidado. Su humor es itinerante, como sus caravanas. En lo que tardan en fumarse un cigarro, en darle veinte vueltas al tiovivo, te han logrado conocer mucho más de lo que podrías conocerles entre fiesta mayor y fiesta mayor. Te han conocido gracias a la forma en que entregas la ficha. Un feriante ha de ser desconfiado, puesto que nunca abre la palma de la mano para recoger la ficha, sino que la pinza con los dedos deshumanizando a quien le ha pagado esperando más complicidad. Viven al son de la alegre canción del toro mecánico y actúan de forma mecánica, como los mejores doctores pero con el olor a algodón de azúcar.

No menos curiosidad me suscitan los bingueros más habituales. Sus miradas penetran en la nada y, sin fijar la vista en el cartón, pueden tachar los números que con urgencia son leídos en una sala verde tapete. Verde con olores que van desde el alcohol hasta el cuero de los bolsos hebillados. ¿Cuando vuelvan a su casa dormirán? ¿Tendrán amor o algo que hacer? ¿Escribirán en algún chat de una televisión local? ¿Se prepararán algo de comer?

Los bingueros, los feriantes y algún que otro tipo de persona, levantan tanta curiosidad en mí como el cosmos.